Son infelices, que es como una enfermedad mental permanente. Nada está bien, por lo que se ventilan o se vuelven pasivo-agresivos. La vida apesta para ellos, así que actúan.
Una persona feliz ha descubierto cómo vivir de una manera agradable y gratificante. La vida es genial, interesante y divertida; tales personas nunca serían problemáticas; por el contrario, hacen del mundo un lugar mejor.