13, como 2, es una edad en la que los jóvenes son todos ellos mismos. Que quieren ellos. Como se sienten ellos. Que es importante para ellos.
Responden a esta fase apropiada para su edad, haciendo demanda tras demanda.
Los adultos alrededor de los 13 años (y los 2 años) responden filtrando las demandas a través de su mentalidad adulta. Luego, respondiendo de acuerdo a lo que sea apropiado.
En otras palabras, en su mayoría dicen “No”.
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Pero reconocen que los niños de 13 años se sentirán faltos de respeto, dolor y enojo por que se les diga que no. Y reconocen que a los 13 años (a diferencia de los 2 años) se les puede (y se debe) dar una explicación clara de por qué la respuesta es negativa y qué pueden hacer al respecto.
Si la respuesta es no solo por razones financieras, entonces al adolescente se le puede enseñar esto. Permítales entender que si van a cuidar niños, hacen trabajos de jardinería, tutores o cualquier otra forma razonable que tengan disponible para ganar ese dinero y comprar el artículo deseado para ellos, pueden hacerlo. Esto funciona bien, porque entonces se dan cuenta de que tendrán que priorizar. Pueden detestar la priorización, pero es una buena herramienta de enseñanza.
Si la respuesta es no porque el 13yo es demasiado joven para un artículo en particular (no han demostrado que puedan cuidarlo adecuadamente y no lo rompan ni lo pierdan), entonces es importante darle al niño un camino claro para ganar el dinero. Correcto.
Cuando mis hijos tenían esa edad, les conseguimos un teléfono celular muy barato (pequeño teléfono plegable, sin datos, sin juegos, sin texto). Tenían que llevarlo consigo todos los días, y no perderlo durante un año. Les dijimos que esto era para que pudiéramos poder contactarlos si lo necesitábamos, y así ellos podrían contactarnos si lo necesitaban. Era una característica de seguridad. Y que si durante un año demostraron que podían manejarlo, entonces se les permitiría comprar una actualización (teléfono inteligente) después del año.
Un hijo fue perfecto por un año, pero al final no tenía el dinero listo. Otro hijo siguió olvidándolo, le tomó un par de años demostrar que podía mantenerlo a salvo y seguro. Tenía el dinero listo tan pronto como se lo permitieron.
Los niños definitivamente no deben obtener las cosas que quieren, cada vez que las quieren, solo porque preguntan. Esto lleva a sentir que así es como todos, en todas partes, deben responder a ellos. No son reyes, no deben aprender a actuar como uno. Son niños y necesitan aprender a ganarse las cosas dulces de la vida. Ellos los apreciarán, aún más.
También apreciarán más los regalos reales, si no se los bañan todo el año.
Solo recuerde, un niño de 13 años que sigue escuchando “No” no estará contento con esto. Las explicaciones son necesarias para convertir cada “no” en una experiencia de aprendizaje, en lugar de solo frustración. Los objetivos claros sobre cómo ganar algún subconjunto de lo que quieren (según sus propias prioridades) también son muy importantes. Solo porque piden cosas como regalos, no significa que no aprecien la oportunidad de ganárselos. Ganando cosas de valor, los maestros una persona para sentirse competente.
Darles todo lo que piden enseña autocomplacencia y un sentido irreal de privilegio.