En la tradición judeocristiana, tienes tres tipos de reglas. Primero, la Biblia te dice cómo relacionarte con Dios. Segundo, la Biblia te dice cómo relacionarte con tu prójimo. Tercero, la Biblia incluye reglas de pureza. Algunas reglas obviamente tienen dos propósitos. Las relaciones sexuales promiscuas están prohibidas porque dan como resultado enfermedades de transmisión sexual y porque dañan las relaciones humanas, particularmente las relaciones familiares. El Levítico prohíbe ciertos alimentos, presumiblemente eran un peligro para la salud de los judíos que viven en las tierras altas. Por ejemplo, cuando los camarones llegaron del océano a las tierras altas, sin refrigeración, era muy probable que te enfermaran. Jesús y otros sabios rabinos nos piden que miremos más allá de la regla literal para llegar a la regla subyacente.
Los creyentes conservadores y los conservadores generalmente están más obsesionados con cualquier cosa que perciban como impura. Por lo tanto, ponen un énfasis adicional en las reglas de pureza.
Sin embargo, Jesús nunca condena la homosexualidad, y los cristianos liberales tienen la misma actitud. Es solo pecaminoso e inmundo si invita a la enfermedad o daña las relaciones humanas.
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