De muchas maneras. Por ejemplo, hacerte creer que eres una buena persona porque ayudas a los demás, siendo tan vano, haciendo que quieras ser el primero y mejorarte a ti mismo, sin disfrutar de la vida y una de las trampas del ego más poderosas, el ego espiritual. Cuando piensas que te has iluminado porque haces meditación o porque sigues a cierto guru.
El ego en la antigua tradición árabe se llamaba el diablo, porque se disfraza de una manera que te hace pensar que eres bueno y el resto malo. El ego es separación, sin embargo, el ego es necesario, no es bueno ni malo, juega un papel importante en nuestro desarrollo espiritual.