Cómo justificar que ser demasiado honesto puede ser una debilidad.

La definición de ser “demasiado honesto” difiere de una situación a otra. Estos puntos resumen algunos rasgos básicos de los problemas que pueden surgir de ser demasiado directos y demasiado honestos (apolíticos) en su comportamiento.
– Ser descaradamente honesto todo el tiempo reduce la calidad de las discusiones y los intercambios con otras personas, que no necesariamente aprecian un enfoque tan directo en sus interacciones. Esto podría ser perjudicial en un entorno colonial o de mente cerrada como un club, etc.
– Por lo general, se considera grosero ser honesto con los temas delicados. Esto también se convierte en un problema de actitud, a veces, y al dar opiniones, uno puede mostrar su punto de manera demasiado directa sin invocar la persuasión o la discusión.
– En las interacciones sociales básicas relacionadas con ocupaciones como la enseñanza, la gestión, la restauración, la planificación de fiestas, etc., donde hablar con las personas es una necesidad, o al menos es más que en trabajos introvertidos, demasiada honestidad puede tener consecuencias desastrosas.
Si bien a veces, en ciertas situaciones, nos vemos obligados a comprometernos con nuestra postura de honestidad, siempre debemos tener en cuenta que la honestidad de intención es mucho más esencial que la honestidad trivial de palabra o acción. Es en la intención y el propósito de cualquier acción donde “demasiada honestidad” no es un concepto, es total honestidad o total deshonestidad.

Usted debe atenerse a sus principios en cualquier situación y a quien sea la persona interesada (incluso para el amor). Si quiere mentir por el bien de su acompañante, pero sus “Principios o conciencia” no le permite hacerlo.

Una cosa más es que puedes ser hilo para algunas personas. Como se muestra en la imagen.