Mi conjetura es porque nuestros antepasados vivían con miedo a los depredadores, ya fueran grandes felinos, osos, manadas de perros, entiendes la idea. Estos animales podrían aparecer de la nada y causar estragos. Si matábamos a uno, nos sentimos increíblemente valientes y pensábamos que era por la ayuda de los dioses. Debido a esto, tuvimos historias sobre los grandes ‘monstruos’ que nos atacaron, y estoy seguro de que los monstruos se hicieron más numerosos y más grandes con cada narración.
Así que mi argumento, basado en ningún conocimiento en absoluto, tan posiblemente erróneo, es que estamos fascinados con los monstruos porque:
- Saber dónde está uno es algo bueno, por lo que puede evitarse
- Son de importancia cultural, matar a uno puede ser un signo de adultez.
- La noche da miedo, muchos animales pueden cazar por la noche en la oscuridad, lo que conduce a todo tipo de temores monstruos nocturnos transmitidos por la noche en los que no podemos dejar de pensar, especialmente cuando está oscuro
- Las cosas extrañas como los monstruos son intrínsecamente interesantes ya que agregan algo de entusiasmo a la vida
- Tal vez pensar en cosas espantosas puede liberar algún tipo de endorfina o dopamina que hace que algunas personas disfruten de tener miedo.