¿Por qué el ego está tan condenado?

El ego es parte de tu propio ser. Proyectarse a sí mismo en el centro de atención solo sirve para permitir que otros tomen la oportunidad de atacar. Aquellos que sobre ejercen su ego sobre los demás, creen que es su lugar para hacerlo. Por desgracia, aquellos que no permitan que esas personas tomen tal protagonismo, deben luchar. En primer lugar, se debe comenzar una batalla con un ingenio agudo o una voz abrumadora, desde allí para ridiculizar y burlarse, y de ahí a la inevitable moda de la barbarie. Una persona que puede controlar su ego, es la persona que no interactúa. Por lo tanto, hay muchos factores que entran en juego que diferencian a los que desean estar en el centro de atención ya los que no desean … ¿Puede tomar un punto de apoyo momentáneo y retirarse para permitir que otros interactúen, que es la mejor opción a considerar? O puedes acaparar cada momento para ti mismo. Elija sabiamente, tal condena está a la vuelta de la esquina. Tales batallas de hecho hacen el yo.

Porque el ego se convierte en tu maestro. En la antigua tradición árabe, el ego se llamaba el diablo, porque el ego es ignorancia, el sufrimiento es lo que no te permite aceptar el mundo. En el ego no hay espacio para el otro solo para sí mismo, busca su propio beneficio, incluso si eso significa la destrucción o el terminar tu propia vida.