Según Garrick Saito y David Friedman, “Gracias de antemano” presume que la solicitud que ha realizado se concederá y, por lo tanto, puede interpretarse (mal) como un comentario grosero.
Una alternativa que he usado en las correspondencias comerciales es “Gracias y espero su respuesta”, que agradece al destinatario por leer mi consulta y crea la expectativa de una respuesta, pero aún le informa a la agencia receptora si mi solicitud se puede cumplir