Una persona perezosa nunca tiene ganas de trabajar. No hay un historial de participación o dedicación, sino un historial de inacción, falta de interés e indolencia.
El agotamiento se produce como resultado de demasiado. Demasiado trabajo, demasiada intensidad, demasiado estrés. Usted hace tanto sin recargarse o descansar que se consume.
El agotamiento se siente como un trabajo que una vez amaste se ha convertido en una forma de tortura. Como todo lo que quieres es llamar al enfermo. Las pequeñas tareas que solía hacer antes de su primera taza de café se han vuelto repentinamente abrumadoras.
Todo te irrita. Le brincas a la gente y tienes la sensación de que ya no te gusta lo que eres. Usted comienza a enfermarse mucho porque el agotamiento afecta la capacidad de su cuerpo para combatir enfermedades.
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Antes podías descansar un fin de semana, pero ahora parece que los fines de semana no son suficientes.
Te sientes agotado. Podrías dormir por años.
El agotamiento no es algo que puedas quitar. Tienes que tomarte un tiempo para recuperarte. Lo que quieres es no solo tu salud y energía, sino también tu enfoque, fuerza vital e inspiración. Lo que quieres de vuelta es como solías ser.
La recuperación puede ser larga y difícil porque no se trata solo de descansar. No estás cansado, algo está roto. Arreglarlo requiere que mire lo que se ha hecho a sí mismo, lo identifique y cambie los patrones en su vida que llevaron a que esto se agote.
Tu alma necesita ser alimentada.
Recuperarse de un estado de agotamiento significa cosas diferentes para diferentes personas, pero aquí hay algunos elementos comunes.
- Silencio. Encontrar el espacio para sentarse tranquilamente sin necesidad de reaccionar o hacer nada. Nuestros cerebros no fueron diseñados para soportar un aluvión constante de estímulos incesantes. (Sí, esto es muy, muy difícil e incómodo para un cerebro sobreestimulado).
- Haciendo nada. Ver las nubes pasar. Levanta tu pie. Guarda tu teléfono.
- Escritura. Para algunas personas mantener un diario es útil.
- Interacción social. Ayuda a reconectarse con amigos, conectarse con lo que otros están haciendo, reír, distraerse, salir de su propia cabeza.
- Encuentra actividades que le devuelvan sentido a tu vida. Voluntario. Hacer cosas por los demás.
Luego, descubre las cosas que debes hacer para hacer que tu vida sea resistente al agotamiento. Aquí hay algunos para empezar:
- Pon tu ego a un lado. Aprende que el mundo no deja de girar si no estás en él. Las cosas se pueden hacer bien sin su intervención constante y activa. Esto es tanto doloroso como liberador.
- Aprenda acerca de cómo establecer mejores límites. Salga de la oficina durante el almuerzo. Dar un paseo. No más trabajo hasta altas horas de la noche o fines de semana laborales.
- Tomar descansos regulares de la tecnología. Apague su teléfono en las noches. Apagado los sábados o domingos.
- Encuentra tiempo para dedicarte a todo lo que hagas que sea creativo. Pintar. Escribir. Esculpir. Toma una clase para aprender a hacer algo que siempre has sentido curiosidad. Activa nuevas partes de tu cerebro.
- Relajarse. Siesta. Deambular. Holgazanear. Tómate un baño. Lea algo que no esté en una pantalla o dispositivo.
- Ejercicio. Las actividades con una cadencia funcionan particularmente bien: trotar, caminar, nadar, yoga. Encuentra tu aliento.
- Comer bien. Su cuerpo funciona mejor cuando lo alimenta con alimentos integrales, sin procesar y nutritivos.
- Dormir un montón. Acuéstese temprano, duerma tarde siempre que sea posible y tome una siesta.
- Redescubra la alegría y el poder de la risa. Encuentra lo que te hace reír. La risa es un bálsamo de recuperación.
Si puedes, toma un año sabático (no tiene que ser largo). Tómate un descanso sólido de todo y encuentra un ritmo diferente, más lento. Pon tus ojos en cosas hermosas.
Desarrolla gratitud por todas las cosas que solían irritarte (muchas gracias, barista lento, ¡por darme la oportunidad de recuperar el aliento!).
Entonces, tal vez, integre todas estas cosas en su vida real.