¿Por qué, después de que alguien se ha ido (fuera de contacto), sentimos su valor en nuestras vidas?

Simplemente los damos por sentado cuando están alrededor. Tenemos una tendencia a no apreciar a las personas y también a las cosas cuando siempre las hemos tenido. Es parte de nuestra naturaleza ser así. No hace falta decir que esto no es bueno y que hay que cambiarlo. La única forma en que podemos hacer esto es tomarnos unos minutos de nuestro tiempo para contar nuestras bendiciones antes de dormir y despertarnos al día siguiente.

Si alguien o algo ha mejorado tu vida de alguna manera, haz que sea un punto para mostrar aprecio.

A todos en el mundo les encanta ser apreciados. No les niegues esa felicidad. ¡Es un ganar-ganar!