Es un eslogan del programa de juegos del Reino Unido ‘The Generation Game’ en la década de 1970. Es muy famoso porque está asociado con Sir Bruce Forsyth, que es un poco una institución. La gente solo lo usa realmente cuando hace impresiones de ‘Brucy’, muy rara vez en una conversación común.
Así fue como presentó cada episodio, diciendo que era agradable ver a la audiencia.