Cuando era joven, hacía muchas, muchas locuras, salvajes, atrevidas e impulsivas, demasiadas para contarlas. La mujer con la que vivía y yo amontoné toda mi ropa en mi auto para llevarla a la lavandería y seguimos conduciendo y manejando, y 22 horas después nos encontramos en San Luis. Encontramos una lavandería, hicimos la colada, caminamos un rato y luego fuimos a casa, parando en el camino en la destilería de Jack Daniel’s (que ofrece recorridos muy interesantes). Edificios de libre escalada. Una noche, mientras estaba en una conferencia, construí una bolsa de trabajo a partir de la chatarra, y me invitaron a volver a impartir un taller sobre cómo hacerlo el año siguiente. Pasé un día conduciendo por el estado de Florida dos veces simplemente porque quería ver cómo salía el sol sobre el agua y sobre el agua. Construí una campana de buceo improvisada con un cucharón de 5 galones, un poco de plástico flexible, masilla, tubo de goma y una bomba de aire de 12 voltios que funcionaba con una batería de automóvil (y casi me di cuenta de graves problemas de salud antes de darme cuenta del el aire de la bomba estaba muy bien perfumado con aceite).
¿Qué valor obtuve al hacer estas cosas? Un montón.
- Aprendí la autoeficacia, es decir, la creencia de que puedo hacer cosas aunque nunca las haya hecho antes, puedo salir de todo tipo de desorden y puedo encontrar soluciones para todo tipo de problemas.
- Aprendí que puedo cometer errores y generalmente está bien.
- Aprendí que no tengo que vivir mi vida como otras personas me dicen que debería. Solo eso es una de las cosas más increíblemente valiosas que puedo imaginar. Llevo una vida extraordinaria, y lo que lo hizo posible es saber que no tengo que hacer lo que “debo” hacer, puedo hacer mi propio camino.
- Aprendí coraje.
- Aprendí lo importante que es la habilidad de ser espontáneo. La oportunidad suele venir en los momentos más inoportunos. La mayoría de las personas tienen la oportunidad de hacer cosas extraordinarias, pero no las haga porque temen ser espontáneas.
- Aprendí que puedo salir de mi zona de confort. Eso también es increíblemente valioso, porque la mayor parte de la alegría y la riqueza de la vida está fuera de su zona de confort.