El neurocientífico Antonio Damasio mostró que las personas que perdieron el funcionamiento en las partes emocionales de sus cerebros eran fundamentalmente indecisas. Podían detallar todos los aspectos positivos y negativos de cada opción, pero no podían elegir entre ellos.
Las personas indecisas se centran en la parte lógica de la toma de decisiones. Pueden dar cuenta de los beneficios y perjuicios de cada elección al igual que los pacientes de Damasio. Lo que se olvidan de hacer, es aprovechar la parte emocional de sí mismos para apretar el gatillo de esas opciones.
Francamente, la mayoría de las opciones son igualmente beneficiosas. Las personas que son decisivas a la hora de elegir son simplemente más atraídas a una elección sobre la otra.
Cuando no puedes elegir, puedes lanzar una moneda o mirar dentro de tu corazón para ver si te gusta una opción mejor. Lo creas o no, tu corazón toma la decisión final, no importa quién eres.
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