Déjame repetir las respuestas ya dadas. Nuestros primos evolutivos más cercanos, los chimpancés, no practican apareamientos “arreglados”. Es poco probable que nuestros antepasados lo hicieran.
En la historia de la humanidad, los matrimonios arreglados son una minoría de las apariencias. No todas las sociedades participaron en la práctica y, de las sociedades que lo hicieron, no todas las personas participaron. Por ejemplo, en Europa occidental, los matrimonios arreglados eran para la clase propietaria (en su mayoría terrateniente). Era una forma de preservar y aumentar la riqueza. Sin embargo, los “campesinos” (en gran medida la mayoría) sí participaron, por la sencilla razón de que no tenían tierra ni riqueza.
Probablemente hubo selección sexual entre nuestros antepasados. Después de todo, ahora hay. Los que se consideran “atractivos” atraen a las parejas más potenciales y pueden elegir entre los candidatos. Sin embargo, los estudios sobre selección sexual en varias especies muestran que los individuos con las mejores adaptaciones son los seleccionados. Resulta que las adaptaciones para la supervivencia están vinculadas a los rasgos seleccionados por la selección sexual:
E Pennisi, las hembras recogen buenos genes en ranas, moscas. Science 280: 1837-1838, (19 de junio) de 1998. Analiza estudios recientes que muestran cómo los genes “malos” asociados con la visualización masculina están realmente conectados a los genes de supervivencia en los machos, de modo que las hembras realmente seleccionan rasgos de supervivencia. En las ranas, los descendientes de “llamadores largos” obtuvieron mejores resultados en todas las pruebas de condición física.
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LA Dugatkin y J-GJ Godin, cómo las hembras eligen a sus parejas. Scientific American, 278: 56-61, abril de 1998.