Nunca puedes cambiar a otra persona. Siempre recuerda esto. Puedes aconsejarlos, pero no puedes cambiarlos.
Hoy es un buen día para recordar un ejemplo de la vida del gran Mahatma Gandhi.
Gandhiji tenía un amigo con el que solía fumar las colillas de cigarrillo sobrantes después de recogerlas del suelo. Cuando su padre lo atrapó, él estaba muy molesto por eso. Entonces, sin embargo, después de disculparse a través de una carta, su padre lo perdonó.
Después de este caso, sin embargo, Gandhiji le pidió a su amigo que dejara de fumar. Ese amigo nunca estuvo de acuerdo y por encima de eso trató de obligar a Gandhiji a fumar nuevamente. No importa lo que hizo Gandhiji, él no renunció.
En ese caso, Gandhiji entendió que ninguna persona puede cambiar a otra persona. Es esa persona quien tiene que tomar esa decisión. Pero puedes motivarlo para que lo haga. Pero la decisión final es de tu amigo.
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