En mi clase de psicología estábamos haciendo esto de citas rápidas. Teníamos preguntas que formular planificadas con anticipación, y íbamos a hacer estas preguntas a cada uno de nuestros socios.
Al estar en la clase de psicología, había elegido que mis preguntas se alinearan un tanto con la psicología. Mi primera pregunta fue “¿te consideras más introvertido o extrovertido?” Para mi sorpresa, muchas de las personas no pudieron responder esa pregunta rápidamente. Su respuesta fue algo así como “Me gustan las personas, pero a veces no”, a lo que reduje mi pregunta.
¿Obtienes energía en presencia de otros o por ti mismo?
Cuando presenté la pregunta de esta manera pudieron responderla rápidamente. Creo que la gente subconscientemente (o conscientemente) asocia la introversión con personas solitarias, personas tímidas, ermitaños y similares. No quieren ser vistos de esta manera. Esta asociación es falsa y debe evitarse. Las personas introvertidas solo necesitan tiempo para recargar sus baterías.
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Soy un introvertido. No soy tímido.
Soy un introvertido. Me gusta socializar.
Soy un introvertido. Una vez que haya alcanzado mi límite de socialización, debo tener un tiempo de inactividad antes de volver a socializar.
Hablo con mucha gente nueva. Disfruto de la falta de familiaridad con ello. Soy un introvertido. Esta combinación no significa que estoy acurrucado en la esquina chupándome el pulgar, solo significa que puedo sentirme abrumado y eventualmente necesitaré tiempo para recargarme. Sin embargo, antes de que llegue ese momento, puedes apostar que estaré hablando con la gente interesante.