No es una buena idea en absoluto. Como niños, los padres nos guían en el proceso de toma de decisiones. A medida que avanzamos hacia la madurez, debemos tener una conciencia bien entrenada para que asumamos la responsabilidad de nuestras propias acciones.
Compartiendo con ustedes estas tres preguntas antes de decidir:
- ¿Le gustará a tu Creador?
- ¿Desarrollará sus valores positivamente?
- ¿Te causará felicidad y la de tus seres queridos?