“Cuida lo que piensen los demás y siempre serás su prisionero”. – Lao Tzu
Es la naturaleza humana querer ser querido y aceptado. Sin embargo, esto a menudo hace que las personas se preocupen demasiado por lo que otros piensan acerca de ellas.
Este tipo de preocupación excesiva puede tener un efecto negativo en su vida. Puede ser tan debilitante que interfiere con su capacidad de sentirse cómodo consigo mismo y con los demás. No permita que le impida vivir su vida al máximo potencial.
Es importante reconocer que la opinión de alguien se basa a menudo en lo que harían. Solo esto es el problema. Lo que es mejor para otra persona, puede ser lo peor para ti. Lo que una persona considera basura puede ser el tesoro de otra persona. Todos somos tan únicos. Solo tú sabes lo que es correcto para ti. Lo que es correcto para otra persona puede ser completamente incorrecto para usted.
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Si está constantemente preocupado por lo que piensan los demás, nunca llegará a donde necesita ir en la vida. Vas a tener que hacer cosas que no siempre cumplen con los estándares de las personas. Llegará a situaciones en las que debe poner en peligro su orgullo y su reputación para obtener lo que desea. Si está constantemente preocupado por lo que piensa la gente, nunca tendrá la voluntad de hacer lo correcto. Te mantendrá alejado de tus sueños.
Los pensamientos de la gente cambian sobre una base regular. Eso significa que incluso si alguien piensa mal de ti en este momento, hay una buena posibilidad de que piensen de manera diferente en el futuro cercano. Así que, básicamente, los pensamientos de la gente realmente no importan.
La dura verdad: es imposible complacer a todos
No puedes complacer a toda la gente todo el tiempo. Es imposible estar a la altura de las expectativas de todos, por lo que no tiene sentido quemarse intentando hacerlo. ¡Solo asegúrate de que una de las personas que quieras sea tú mismo!
El peso del pensamiento del otro puede convertirse en una carga para ti. Puede impedirte vivir tu vida, porque todo tu ser (tu personalidad, tus pensamientos, tus acciones) están controlados por un estándar idealizado de lo que la gente quiere ver. Cuando te obsesionas tanto con la opinión que los demás tienen de ti, olvidas la tuya.
Puedes hacer un esfuerzo consciente para dejar de maldecir; para dejarte libre. Es una habilidad que necesita ser practicada, como meditar. Pero una vez que entiendas realmente cómo dejarlo ir, verás el mundo como completamente diferente.
Una vez que renuncie a atender las opiniones y opiniones de otras personas, descubrirá quién es usted realmente y esa libertad será como respirar por primera vez.