¿Cuál es el hábito virtuoso más difícil de practicar?

El hábito virtuoso más difícil de practicar es mantener la palabra.

Las personas que lo han hecho se vieron obligadas a sacrificar mucho en sus vidas para mantener esa virtud en un mundo donde las promesas rotas, las mentiras y la práctica de chanchullos son lo normal.

Con coherencia, practicar cualquier virtud no es tan fácil. Si uno se atiene a decir la verdad durante un período considerable de su edad, se lo consideraría como Satya Harishchandra, pero sabemos que hoy en día no existe tal popularidad. Puede haber personas pero no estamos seguros de su consistencia. Lo que quiero decir es que practicar un acto virtuoso para toda la vida es difícil. Uno debe ser lo suficientemente cauteloso como para ser un adherente a los actos nobles. Pero hay algunas virtudes orgánicas que exigen un intento serio de incluso adherirse a ellas por un período de tiempo menor. Al igual que la paciencia, la firmeza, la confianza en Dios, la empatía, como punto de referencia a las virtudes específicas, pueden ser muy difíciles de practicar.

‘Dar a los demás con amor y generosidad’

Esto se está convirtiendo en una sociedad de consumismo, donde los términos parecen ser:

‘Quiero esto’, ‘Necesito tener esto’, ‘Tengo esto, pero ahora quiero una mejor versión de esto’, y así sucesivamente.

En la vorágine de tratar de satisfacer nuestras propias necesidades, es tan fácil olvidar uno de los conceptos más virtuosos que hay en la vida. Regalar algo a otros que tienen mucho menos que tú en la vida. Creo que aquellos que puedan encontrarlo en sus corazones podrán recuperar mucho más que cualquier cosa que el dinero pueda comprar.

El viejo dicho “no juzgues un libro por su cubierta” es un objetivo elevado para los humanos. Debemos tratar de reservar el juicio basado únicamente en lo que observamos. Es muy difícil dejar de lado nuestras suposiciones acerca de personas que no conocemos.