Ser padre es IMPRESIONANTE. Realmente lo es. Dicho esto, además de impresionante, también es agotador y de vez en cuando nada menos que frustrante. Además de eso, el sentido de responsabilidad puede ser abrumador y golpearte en la cara en cualquier momento aleatorio. También la sensación de que te has vuelto muy vulnerable al mundo exterior una vez que tienes hijos es algo que no me había dado cuenta antes de tener a mis hijos.
Los niños nunca dejarán de sorprender a sus padres, de una manera buena o mala. Ser capaz de presenciar el progreso que hacen los niños a diario es, con mucho, la mejor parte de la crianza, así como los besos incondicionales, los abrazos y los dibujos que hacen, y las canciones que cantan. Escuchar las conversaciones que tienen con otros hermanos nunca termina de ser fuente de alegría y placer. Agregue a eso el mejor sonido en el mundo de los niños divirtiéndose y riéndose, y debería quedar claro que soy un gran fanático de ser padre.
Ser padre o madre puede (y probablemente lo hará) también poner mucho énfasis en la relación que tiene con el otro padre, y los niños no se quedarán callados mientras usted y su pareja calibran los ángulos sobre cómo manejar una situación específica. Por eso es importante que confíe en la capacidad de cada uno para evaluar una situación crítica y que él o ella manejará la situación de acuerdo con la forma en que acordó que se debe hacer la crianza. Al igual que cualquier otra persona en este planeta, los padres tienen algunos días malos. Los niños también tendrán días malos. Y eso causa conflictos. Sin embargo, la belleza se puede encontrar en la forma en que se tratan estos conflictos y en cómo cada experiencia individual configura el límite entre los niños y los padres a algo único y que varía.
Sí, ser padre a veces requiere grandes sacrificios. Es un ejercicio interminable para encontrar el equilibrio perfecto entre las cosas que se te piden y las que puedes dar. Esto se debe a que, además de ser padre, muy a menudo también serás un colega, un empleado, un hermano, una hermana, un vecino, ..
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Uno podría argumentar que estas ‘desventajas’ no deben ser ignoradas en el proceso de decidir si quieren o no tener hijos. Personalmente creo que me da más alegría y placer el hecho de ser un padre de lo que jamás podría experimentar en una vida sin los “inconvenientes” de tener hijos.
Y si me pueden disculpar por un segundo, tengo que ir a poner a mis hijos en la cama y cantar una canción de cuna o dos, o tres o cuatro, …