Ha sido el caso conmigo desde hace muchos años. Tal vez no en la medida en que lo describas, es decir, otras escalas son “pequeñas charlas”, pero definitivamente hasta el punto en que veo composiciones que no están en mis escalas favoritas como “probablemente no me gustará”. Mis favoritos son G menor, C # menor, D menor. [¡Es interesante que los dos favorecemos de manera abrumadora las escalas menores!]
He intentado razonar esto, y todo lo que obtengo es esto: estos “sabores” nos atraen, y somos lo suficientemente sensibles como para ver que otras escalas no ofrecen lo que queremos. Al igual que los sabores en los alimentos. Es poco probable que las personas que no son tan sensibles a la música se valoren tanto por la sensación que da una escala. Sé que esto no es muy útil, ¡pero eso es todo lo que tengo a modo de explicación!