Las cosas desconocidas son incómodas. Cuando empiezas a montar en bicicleta por primera vez, es incómodo. Cuando aprendes a disparar al billar por primera vez, es incómodo. Cuando empiezas a comunicarte abiertamente, es incómodo. Cuando intentas aprender un instrumento musical por primera vez, es incómodo. Cuando intentas ser explícito por primera vez, es incómodo.
El tiempo y la práctica hacen que estas cosas sean cómodas y fáciles.