Entiendo por qué puede tener este miedo y, como terapeuta, puedo decir que es un miedo bastante común que tienen los clientes. Muchos clientes han expresado su preocupación de que se quejaban demasiado, o sonaban demasiado agresivos o tenían alguna otra preocupación acerca de que yo los juzgara.
Es importante comprender que, en primer lugar, la mayoría de las personas que eligen trabajar como terapeutas tienen una tendencia natural hacia la aceptación y la comprensión. Además de eso, estamos capacitados para fortalecer nuestra empatía y aprender a escuchar con aceptación.
En segundo lugar, es importante saber que hablar de problemas NO es una queja. Debe hablar sobre lo que le está molestando para ayudarlo a superar los sentimientos o pensamientos que lo están deprimiendo. Los terapeutas entienden esto, y QUIEREN ayudarte con eso. Entendemos la necesidad de descargar y ventilar; es una parte importante de lidiar con lo que le molesta para ayudar a procesar y superar su dolor. Todo el objetivo de la terapia es ofrecerle un espacio seguro para hablar de cualquier cosa sin temor a juzgar.
En mi experiencia personal, nunca he visto a un cliente como un “reclamante” o pensé que se quejaba. Siempre. Ni una sola vez. Cuando un cliente comparte algo negativo conmigo, escucho su dolor y siento empatía por ello. Quiero ayudarles con este dolor y mostrarles que pueden compartir esta parte “oscura” o “negativa” de sí mismos sin temor a ser juzgados.
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Lo último: si se siente juzgado o si no es seguro compartir sus sentimientos con su terapeuta, no es porque se queje, sino porque el terapeuta es malo en su trabajo. Te animo a que sigas buscando un terapeuta que te haga sentir seguro y te invite a compartir sin miedo al juicio. ¡La mejor de las suertes para ti!