Ser seres humanos nos encanta poner las cosas bajo categoría. La categorización de las cosas nos ayuda a entender las cosas más rápido y salva nuestro cerebro de una gran cantidad de computación basada en relaciones, pasado, etc.
Como en Ciencia, tenemos errores y aproximaciones, donde en lugar de ir directamente a un valor, intentamos descuidar o aproximarnos a las cosas.
Una de esas categorizaciones es la honestidad y la deshonestidad. En esta clasificación de Yin y Yang, en algún lugar nos olvidamos de los distintos tonos de gris que se encuentran en el medio. Estos tonos de gris pueden relacionarse con la ambigüedad o el dilema de uno al elegir su camino ya sea a la honestidad o la deshonestidad. Esta región gris a veces parpadea como circunstancias y algunas veces como tradición, lo que desafía nuestra toma de decisiones de una manera u otra.
Entonces, en nuestra manera de ser honestos, hay muchos desafíos u obstáculos (supervivencia) donde a veces la deshonestidad paga mucho más que solo ser honesto.
es cuando a veces surge un pensamiento para recompensar la honestidad.
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