Mi madre te diría que señalar la rudeza de otra persona es grosero. Ella tiene razón, por supuesto. Hace que la gente se sienta incómoda y avergonzada cuando señala sus errores.
Sin embargo, como participante en la sociedad, debe encontrar la línea entre ser cortés y ser un facilitador del comportamiento deplorable: intimidación, injusticia, etc. El silencio te hace un participante.