Bueno, he aquí algunas buenas noticias: si te estás preguntando si estás delirando o no, no estás delirando. El engaño es una condición psicológica grave en la que una persona cree verdaderamente algo que es definitivamente falso. Ni siquiera dudarán de sus convicciones a menos que reciban un tratamiento extenso.
De los cinco tipos de ilusión (erotomanía, grandiosidad, celos, paranoia o miedos somáticos), solo la grandiosidad puede usarse en relación con la ambición. La grandiosidad es la creencia de que la persona tiene un gran talento por descubrir, o que ha hecho un descubrimiento asombroso. Si alguien atribuye un gran valor a sus contribuciones, que en realidad son bastante simples y mundanas, puede estar sufriendo de grandiosidad. O en otros casos, las personas creen que están relacionadas con una persona especial. Y sí, Churchill realmente es mi abuelo :).
La ambición y el engaño no tienen mucho en común. La ambición es bastante saludable y también lo es perseguir su sueño. Tal vez su ambición puede ser un poco temeraria o puede tener dudas sobre los objetivos que ha establecido. Pero hágase esta pregunta: ¿hay algún paso que pueda tomar para acercarse a su objetivo? ¿Y ese paso tiene sentido? Si es así, entonces todavía estás en el camino correcto.
Por ejemplo: tengo objetivos elevados para mi empresa recién fundada. Estoy trabajando en un proyecto de curso en línea y mi objetivo es venderlo a al menos 2,000 escuelas en los próximos cinco años. Muy ambicioso por cierto, pero no imposible. Ya tengo mi plan de marketing para este año y el próximo. Sé qué pasos tomar para acercarme a mi objetivo. Así que definitivamente no estoy delirando al respecto.
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- Al crecer más joven y más pequeño que los niños que me rodeaban, no socializaba mucho. Acabo de cumplir 20 años, me gradúo de la universidad pronto y todavía no me he socializado tanto. ¿Cómo hago que mi vida sea más divertida, porque siento que toda mi vida me he estado persiguiendo en un círculo gigante?
Sin embargo, estaría delirando si creyera que podría convertirme en un trapecista volador en un circo. No estoy en forma, le tengo miedo a las alturas y me falta la determinación para entrenar para ello. Es imposible alcanzar este objetivo y no hay pasos realistas que pueda tomar para acercarme. Esa es la diferencia entre ser ambicioso y ser poco realista.
¡No intentes esto en casa, niños!