En pocas palabras: el egoísmo es el interés propio llevado a un extremo que ignora o perjudica a los demás.
Un interés propio saludable significa abogar por ti mismo y por tus necesidades sin dejar de ser consciente de que las necesidades de otras personas también son importantes. Te vuelves egoísta cuando dejas de ser consciente o dejas de preocuparte por las necesidades de los demás, y tu cálculo moral se considera solo a ti mismo.