En general, encuentro que si trato de controlar mi risa, mi deseo de reír se vuelve aún más intenso, eventualmente hirviendo en ataques de risa. 🙂
La pregunta es algo vaga, y comienza con un poco de no secuencia: “Diferentes personas se ríen de diferentes chistes. Esto significa que estamos enviando tales señales a nuestro cerebro”. ¿Por qué?
¿Qué podemos inferir del hecho de que diferentes personas se ríen de diferentes chistes? Nada acerca de la señalización, de verdad. Ya sabemos que las señales de sonido emitidas por un bromista se convierten en señales electroquímicas en el cerebro, y estas señales a su vez se transforman en patrones lingüísticos significativos. Si estos patrones de lenguaje hacen cosquillas en el sentido único del humor de una persona, la persona normalmente se ríe. Si la misma persona ejerce una gran cantidad de autocontrol, él o ella puede ser capaz de reprimir la risa, al menos temporalmente.
Durante períodos de tiempo más largos, podemos modificar nuestros sentidos del humor. Si, por ejemplo, solo te ríes de las bromas racistas o sexistas, deberías hacer un esfuerzo especial para detener eso y encontrar otra cosa de la que reírte. Con el tiempo, el esfuerzo consciente y la culpa pueden modificar su sentido del humor.
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