Aquellos de mi conocido que tocan el circuito de piano bar siempre “preparan” el tarro de punta con al menos un billete. Esto indica que un pequeño cambio no es apropiado en este nivel de ‘servicio’, es decir, solicitudes de juego, etc. Si otro ejecutante los sigue en un turno posterior, la tradición es dejar una factura de cebado en el bote / sombrero.
Mantener el frasco ‘preparado’ también cumple otra función, ya que le permite a una persona volcar sin que la cantidad real que ha puesto sea demasiado obvia. Esto puede alentar la propina por parte de quienes desean (o sienten que deberían) dar algo, pero se sentirían avergonzados por tener que ser una cantidad visiblemente pequeña. Esa es también una de las razones por las que una placa de recolección de la iglesia (una actividad un tanto relacionada) tiene sobres.