Los antropólogos del siglo XX, Arnold Van Gennep y Victor Turner, proporcionaron lo que sigue siendo el modelo más claro y ampliamente aplicable de la estructura del ritual. Lo describieron con tres partes: 1) Separación, 2) Experiencia umbral (liminal) y 3) Reintegración.
En mi trabajo de investigación de la cultura de nuestra propia sociedad comercial-industrial, he encontrado que se requiere un tratamiento más elaborado de la estructura del ritual, aunque sigue estando muy inspirado en el modelo de Van Gennep-Turner. Trabajo con los 9 elementos del ritual, que se describen a continuación:
1. El desafío: siempre hay un propósito para el ritual, no importa cuán pequeño sea. Los rituales no se realizan de forma casual. Ocurren en momentos en que la integridad del status quo se ha puesto en duda.
2. Separación: participar en un ritual es ingresar una condición de umbral, un lugar entre lugares. El ritual comienza en serio con una separación, física o conceptual, del contexto en el que se basa la identidad actual.
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3. Desorientación: después de la separación, los participantes rituales a menudo encuentran estímulos inusuales que dificultan que las personas se ubiquen en el espacio y el tiempo. Aunque esta experiencia puede ser aterradora, también puede ser pacífica y relajante, dependiendo del tono y la tarea final de un ritual en particular. El propósito de la desorientación es liberar a los participantes rituales de la solidez de sus identidades estáticas, para que puedan llegar a ser social y psicológicamente fluidos y, por lo tanto, abiertos al cambio.
4. Desobediencia: siendo fluidas, las personas que se encuentran en la esfera ritual a menudo se involucran en actos de evidente desobediencia, desviándose de sus horarios típicos y violando los tabúes que normalmente definen los límites de sus identidades.
5. Shuffling simbólico: en el momento del proceso ritual, los participantes están expuestos a historias, imágenes y otras formas de exhibición artística que presentan combinaciones de símbolos inusuales. Estos símbolos representan los bloques de construcción a partir de los cuales se construyen significados culturales más grandes. Separados y recombinados de maneras sorprendentes, estos símbolos provocan que los participantes del ritual reflexionen sobre la identidad hacia la que se están moviendo, la identidad que están dejando atrás y el significado de su movimiento entre los dos.
6. Orientación: los caminos de los rituales simples son evidentes. Sin embargo, en los complejos rituales que permiten el cambio más dramático, la orientación es esencial. La mayoría del ritual existe en algún lugar entre estos dos extremos. Los iniciados pueden requerir solo una palabra de sabiduría para mostrarles el camino, o pueden necesitar construir una relación con un compañero más experimentado para prepararlos para la prueba de dignidad que está por venir.
7. Prueba y recompensa: las transformaciones de identidad no están exentas de riesgos. Es natural que las personas que pasan por ritos de paso se cuestionen si están verdaderamente preparadas para la nueva identidad que les espera. Tanto para proporcionar tranquilidad, como para eliminar los indignos, los rituales a menudo incluyen pruebas de autenticidad. Solo después de completar con éxito estas pruebas, los participantes del ritual reciben fichas de su transformación.
8. Reorientación: al igual que el proceso ritual comienza con un cambio hacia una condición desorientadora y fluida, los rituales a menudo se cierran con algún tipo de reorientación en la que los aspectos fluidos del yo se vuelven a consolidar. Al igual que el metal caliente vertido en un molde, el participante ritual toma la forma de una nueva identidad, que se vuelve más firme a medida que progresa la reorientación.
9. Reintroducción y reintegración: el ritual coloca a las personas en una condición ambigua y, por lo tanto, socialmente peligrosa. Para terminar con esta condición amenazadora, los rituales a menudo terminan con un reconocimiento formal de los participantes en sus nuevas identidades y una bienvenida a la sociedad. La asistencia continua a menudo también se lleva a cabo durante un período de tiempo, desde los guías que ayudaron a los participantes a través del ritual, o desde otros que habían sido guiados a través del proceso ritual en un momento anterior. La instrucción y el asesoramiento en esta etapa ayudan a fomentar la confianza en la nueva identidad y a prevenir la regresión del comportamiento.