Porque no tienes un propósito en tu vida que anule el deseo de cometer estos actos de traición a ti mismo. Por naturaleza, las personas son autodestructivas si no adquieren una razón mayor para negar estos deseos más bajos en nuestros corazones.
Pasé 42 años en prisión antes de que pudiera encontrar el propósito para superar esos deseos en mi vida de ser un convicto. Mi propósito era ser transformado en la imagen de Jesucristo. Dios me permitió recibir Su Espíritu para poder servir al mundo en lugar de ser servido. Quiero para el mundo lo que tengo. Ahora tengo paz y amor por el Señor de la Creación y por mi prójimo. Rezo para que encuentres esa paz. Te da el coraje de decir NO a esas tentaciones. Créeme, estoy lleno de ese tipo de pensamientos, pero mi Amor por el Señor Jesucristo me da los rasgos de carácter que los superan.
He estado aquí por un año y confía en mí, todavía estoy aquí porque el Amor que he recibido ha cambiado mi corazón al permitir que las tentaciones gobiernen, a permitir que la Palabra de Dios gobierne.
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