Algunos de ellos pueden estar engañándote acerca de exactamente cuánto se preparan para un discurso público. Por ejemplo, los candidatos se preparan para los debates formulando respuestas a preguntas sobre todos los temas posibles, por lo que no se quedan sin palabras durante los debates reales.
Al Capp, el dibujante que creó la tira cómica Li’l Abner, vino a mi universidad cuando era estudiante en la década de 1960. Aunque la ocasión se presentó como un discurso, abrió diciendo que no dio discursos, prefirió responder a las preguntas de la audiencia.
Los estudiantes levantaron rápidamente sus manos, esperando ser llamados. Un estudiante preguntó: “¿Crees que las estudiantes deberían tener toques de queda?” Capp dijo que sí, y agregó: “Si un hombre no puede anotar antes de la medianoche, no necesita otras dos horas para hacer el ridículo”.
Podría haber sido más divertido si no lo hubiera visto meses antes en un programa de televisión, diciendo exactamente lo mismo. Con toda probabilidad, a Capp se le hicieron las mismas preguntas una y otra vez cuando visitaba los campus universitarios y hacía mucho que había mejorado sus respuestas, lo que hacía que sus sesiones de preguntas y respuestas no estuvieran tan poco preparadas como esperaba.
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