La mirada al espacio puede ser útil en un tiempo limitado.
Puede ser una táctica para liberar los circuitos cognitivos de sobrecarga.
Sin embargo, la mayoría de las veces, la práctica resulta de no saber qué hacer para resolver las dificultades.
Hay muchas actividades humanas que equivalen a mirar fijamente al espacio. Son actividades como apostar, beber, jugar juegos en la pantalla táctil, orar por una deidad para solucionar problemas, condenar a otros por crear problemas o una de las muchas formas de adicciones que los humanos han desarrollado para evitar enfrentar la realidad.
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Calmar la amígdala tiene más costos de oportunidad de lo que vale.
Ninguna de las medidas utilizadas para ello produce soluciones. Simplemente empujan los problemas por el camino, donde crecen, y se convierten en factores de control de la vida.
La solución es la honestidad sobre lo que es real y lo que no lo es.
Los sistemas que mantienen nuestras vidas, nuestras experiencias y culturas individuales, nuestros hábitos y preferencias de desviación, nos hacen olvidar los puntos en común que todos compartimos e interfieren con la empatía cuando nos enfocamos en las diferencias.
Dado que tanto la singularidad como los puntos en común son realidades básicas de la vida, como seres humanos, debemos practicar la enseñanza de nuestras mentes de una manera que disuelva las barreras.
Las teorías y las ideas para hacer esto solo tienen un efecto superficial. Si el efecto fuera más profundo, no tendríamos un mundo con tantas guerras, tanta crueldad y barbarie. Se necesita un método que atraviese los obstáculos. Muchas escuelas, gobiernos, empresas y el ejército han desarrollado muchos métodos para adoctrinar la cooperación y el entrenamiento. Todos ellos requieren alguna forma de aceptación dura de las reglas y la eliminación repetida de la individualidad.
Un grupo, llamado Soka Gakkai International, desarrolló un método que celebra la singularidad y la conexión, simultáneamente, sin renunciar a nada. Eso implica afirmaciones de las relaciones esenciales de la vida en un mantra corto, que se pronuncia cada vez que el individuo lo prefiere. Utiliza lo que hoy en día se llama neuroplasticidad, para eliminar los obstáculos a la empatía.
El grupo tiene el objetivo de desarrollar la paz mundial a través de la felicidad individual.
Dado que tiene su sede en Japón y opera en muchos países, hay una mezcla de hábitos japoneses y usos locales en sus presentaciones. La gema en el centro es la Ley de Resta-de Problemas de Vida Comunes. Esa gema vale un poco de paciencia cultural.
Más detalles están disponibles en las siguientes publicaciones de ¿Quién te controla?
Ley de la resta de problemas humanos comunes