¿Alguna vez te has dicho una mentira?

Ohh uno enorme!

Durante 19 años consecutivos desde mi nacimiento, sin saberlo, me había alimentado la obra maestra de todas las mentiras:

Creí que existía tal cosa como ‘yo’.

Por todos esos años sufrí miserablemente porque todo lo que salió mal, salió mal para el “yo” que no hizo más que amplificar el dolor.

Desde las edades 18-20 (hoy en día) comencé a darme cuenta de las lagunas de la sociedad. Comencé a recoger pistas que me ayudaron a entender que todo lo que somos son palabras.

Cuando comprendí que ‘yo’ es una palabra también. Mi identidad se hizo añicos.

Fue el alivio más dulce.

Y de manera apropiada, al mismo tiempo, me sentí como un idiota por pasar tantos años vivo, ¡en realidad no viviendo!

Ahora, simplemente estoy reducido a lo que todos nosotros realmente estamos en lo profundo: un eco anónimo de la realidad.

Todavía poseo mi carácter.

Nadie puede decir, si me conocieron, acerca de mi revelación. Pero cada vez que experimento dolor o alegría, no es mi dolor o alegría. Es simplemente una escena que se desarrolla dentro de la mejor película de todos los tiempos.

Y lo veo.

Solo voy a jugar un nivel más antes de irme a la cama.

Voy a leer un capítulo más, y eso es todo; Necesito dormir.

Puedo descansar mis ojos por unos minutos después de apagar el despertador. No me voy a quedar dormido.