Si bien sería útil saber el campo o las tareas exactas, existen algunos enfoques generales que podrían ayudar.
En primer lugar, aunque no es una regla dura y rápida, la mayoría de las personas con IQ muy alto tienden a ser velocistas, no maratonistas. Cuando eres capaz de resolver casi cualquier problema rápidamente, nunca tienes que aprender a resolver problemas lentamente y nunca ser tan bueno en eso. Además, al igual que los autos exóticos, los más rápidos tienden a ser los más propensos a descomponerse.
Entonces, para obtener una ventaja seria, construye tus músculos de resistencia. Investiga cómo maximizar tu productividad. Céntrese en el esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo en lugar del rendimiento máximo Conviértete en un maratonista.
En segundo lugar, el verdadero genio no es solo la capacidad computacional, sino la capacidad de ver conexiones y patrones donde otros no. Una forma comprobada de hacerlo es convertirse en un “experto generalista”. Conviértase en un experto en un área bastante estrecha, pero también tenga una amplia variedad de conocimientos más superficiales. La combinación de los dos le permitirá ver patrones que los especialistas puros a menudo pasan por alto.
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Finalmente, trabaja muy duro en tus “habilidades blandas”. Entrénese en hablar en público, liderazgo, comunicación, escritura y construcción de relaciones en general. Simplemente no puede hacer un IQ para trabajar bien y liderar a otros, pero los dividendos que pagan estas habilidades valen cada hora incómoda en Toastmasters un millar de veces.