Me sorprende que nadie haya respondido la pregunta que todos estamos pensando:
Escucha, soy ambivalente con sus políticas, y ni siquiera voy a tocar los matices racistas de su mensaje. Hablemos sobre cómo trata a otras personas y cómo las trata, lo que supongo que es el enfoque principal de esta pregunta. También reconozco que hasta ahora no es un ex presidente, pero es un presidente A, así que asumo que es un juego justo.
La presidencia no es un trabajo donde uno necesita o tiene que ser siempre educado. Hay innumerables ejemplos de presidentes que han acosado su camino para que sus propuestas legislativas sean aprobadas o sus políticas exteriores aprobadas por otros líderes mundiales. Pero nuestro presidente actual, en particular, ha dejado de lado la etiqueta típica que se espera de otros presidentes en favor de la simple desidia. Si son los medios de comunicación los que lo cubren;
- ¿A quién debo escribir cartas de agradecimiento?
- Cómo saber cuándo ser discreto o franco será más efectivo en un individuo
- ¿Cuál es el significado del apretón de manos a dos manos y cuándo es apropiado?
- ¿Cómo son llamados por sus cuidadores los niños británicos reales?
- ¿Qué es la etiqueta básica que se enseña a los niños estadounidenses?
Otros líderes mundiales;
Los opositores políticos actuales y anteriores (sean o no de su propio partido);
O incluso personas que lo investigan;
Puedo decir de manera concluyente que este presidente es el más rudo de todos los tiempos.
Actualización: Michael Moldenhauer señaló que debería incluir algunos ejemplos de la “descontento aceptable” que los presidentes anteriores han usado para lograr sus objetivos, y estoy más que feliz de hacerlo. Entra Lyndon Baines Johnson.
Estaba imponiendo físicamente a los 6’4 “, y usaría esto para su ventaja. Sus tácticas psicológicas que impuso a los líderes empresariales, políticos y extranjeros por igual se conocieron como ‘el tratamiento de Johnson’. Según el Dr. Mark Long, “El tratamiento ‘podría durar entre diez minutos o cuatro horas y vendría cuando y donde Johnson pudiera encontrar a un compañero senador o político dentro de su radio. “Su tono podría ser e incluía súplicas, acusaciones, engaños, exuberancia, desprecio, lágrimas, quejas y un indicio de amenaza”. Este era un presidente que no temía usar esta explosión psicológica de burbujas para avanzar en sus objetivos.
En resumen, “intimidación aceptable” definiría como intimidación o tácticas psicológicas que un presidente u otro líder político utilizarían para impulsar su agenda. Sin embargo, la rudeza del actual presidente parece ser extremadamente contraproducente.