Viajo mucho en transporte público, y las tres instancias básicas en las que debes renunciar a tu asiento son las tres que mencionaste:
- Mujeres embarazadas
- Personas con discapacidad física.
- Personas mayores
No importa si usted ha ofendido o no a alguien al ofrecerle su asiento, porque no conoce a esa persona por un agujero en la pared, y realmente no importa lo que piensen de usted. Probablemente nunca los vuelvas a ver de todos modos.
Es posible que te recuerden, pero tampoco te recordarán como
- el imbécil que no renunciaría a su asiento, que es algo que no deberías estar haciendo de todos modos, o
- La buena persona que hizo su asiento.
Es EXTREMADAMENTE improbable que te recuerden como la persona que los insultó al insinuar que son demasiado viejos para levantarse. En mi experiencia, si alguien no quiere el asiento, simplemente lo despedirá y lo dejará así. En la remota posibilidad de que se ofendan por ti ofreciendo tu asiento, no importa. Es probable que sean demasiado sensibles para su propio bien, lo cual no es realmente tu problema.
- ¿Es educado llamar a una persona que no puede hablar como ‘tonta’?
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PD: también puede ceder su asiento a un niño muy pequeño que viaja con un adulto si parece que podría ser más fácil para el adulto controlarlo o cuidarlo si está sentado. Sin embargo, esto no suele esperarse.