Mucho depende de la situación y, en gran medida, es cómo se siente el receptor de la franqueza que finalmente responderá a esta pregunta. Dos escenarios pueden ayudar a ilustrar esto.
Ejemplo 1. Dos amigas están de compras, una está buscando un vestido para su fiesta de cumpleaños. Ella ve un vestido y se lo prueba. Ella sale del vestuario para mostrarle a su amiga. El amigo dice que no, no te conviene, puedes encontrar algo mucho más halagador. Siguen comprando.
Ejemplo 2. Una mujer va a buscar a una novia para llevarla a una fiesta de cumpleaños que se celebra en honor a la novia. Cuando llega su novia todavía se está preparando. Cuando la novia baja las escaleras, lleva un vestido nuevo y no es halagador y se ve horrible con el vestido. Ella le dice a su amiga que ha venido a recogerla, ¿qué piensas de mi nuevo vestido? La amiga dice que te ves muy bien (aunque ella piensa lo contrario).
El ejemplo 1 es un amigo que es abierto, honesto o podrías decir directo. ¿Es esto grosero? No, es honestidad y ella está ayudando a su amiga a encontrar un vestido adecuado y no comprar algo que se arrepienta de haber comprado.
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- ¿Es grosero si no hablas con alguien?
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- Cómo dejar de ser tan grosero con él.
El ejemplo 2 es un amigo que muestra amabilidad. Ella podría decirle a su amiga que se ve horrible, pero ya compró el vestido y está lista y emocionada de ir a su fiesta. Si su amiga hubiera sido directa y le dijera que se veía horrible, la habría desinflado y arruinado su noche. En esta situación, ser directo hubiera sido no solo grosero sino también desagradable.
En tales juicios el contexto lo es todo.